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Trabajar, ahorrar y vámonos pa’ Canadá. Lola y Cetácea, la astuta complicidad y la amistad en escena.

  • Foto del escritor: Idearte Oaxaca
    Idearte Oaxaca
  • 21 may
  • 4 Min. de lectura

Por: Abigail Sánchez Cué 


Un nuevo pensamiento a menudo parece un rasgo del paisaje 

que siempre estuvo ahí,  como si pensar fuera viajar 

en lugar de crear.

Rebecca Solnit. Wanderlust, una historia del caminar.


La escena convoca desde el primer momento el maravilloso despliegue de un bar. “El bar de Abel”, el escenario perfecto para una historia de amistad y crecimiento. El público entra, se sienta en mesas al ritmo de música norteña y es recibido por dos amables meseras, se toma la orden, se saca a bailar a un caballero y la velada se antoja inolvidable.


La obra concebida por Marysol Ochoa para honrar algunos aspectos de su vida, la amistad y la memoria, es retomada por la artista oaxaqueña Diana Gómez, quien a través del Sistema Nacional de Creadores de Arte transforma el texto original en un montaje lleno de estímulos visuales, música y complicidad con el público. 


Dos actrices en escena, no más escenografía que la barra de un bar y las mesas del lugar, haciendo de esta experiencia escénica, una propuesta inmersiva. Resulta muy atractiva la idea de ser parte de la escena, pero sin sentirse intimidada, las actrices conservan su espacio y una distancia amable con el espectador, sin embargo ahí estamos siendo parte de la escenografía. 


Lola y Cetácea, es una historia sobre la amistad principalmente, una oda a la complicidad que aún con la distancia se puede tener con quien uno decide compartir. Dos amigas meseras del “Bar de Abel”, deciden sostener un plan compartido: “trabajar, ahorrar y vámonos pa’ Canadá”, como una forma de mejorar la calidad de vida que vemos tienen en su presente. Donde la historia aprovecha el motivo para hacer una crítica a la explotación laboral, las relaciones de poder y el patriarcado. Así como el lugar que el dinero toma en nuestras vidas.


Hartazgo, monotonía en el trabajo, la simple idea de un futuro prometedor y ese momento de la vida donde uno decide cambiar el rumbo. Durante una hora y media, el público atestigua esta ruta encarnada en el diálogo que sostienen estas dos amigas, mismas que según nos cuentan con el paso de la obra, se conocen y construyen su amistad primero de manera epistolar y a distancia, gracias a una actividad propuesta por una maestra de secundaria, estando una en La Paz, Baja California Sur y la otra en Oaxaca.


Las protagonistas se funden en historias compartidas, momentos visualmente poéticos como el despliegue en escena de una ballena gigante hecha de carrizos y papel, música, farsa, burlas y ante todo mucha honestidad. Honestidad que no solo se refleja con las historias ficcionadas que vamos siguiendo, sino también en las miradas de las dos actrices que se llevan la escena de manera profesional y clara. Diana Gómez como Lola y Marysol Ochoa como Cetácea, logran cautivar al público, como lo han hecho antes en otras funciones de proyectos que han realizado de manera conjunta.


Los animales importan en esta obra, una alcancía de cerdito, así como la historia del sacrificio del mismo para una comida tradicional en Oaxaca, y la ballena paceña. Ambas criaturas son parte de la historia.


La compañía fundada por la directora, actriz y creadora oaxaqueña Diana Gómez, Burros y Locos, alberga este proyecto que con el apoyo del Sistema de Creadores, suma al equipo al famoso iluminador local Jorge Lemus, así como a Luis Zamudio en la musicalización y atinada sonorización del espectáculo inmersivo.


Líneas narrativas correctamente desarrolladas, un discurso claro, potencia expresiva en escena y una gran historia que contar, Lola y Cetácea, por segunda vez en su corta vida volvió a capturar y llenar la sala de Estación Morelos / La Locomotora, para así regalarnos una noche inolvidable. 


Una obra para todas y todos, una obra que nos habla desde la conexión con nuestra juventud acelerada, pero que también nos cuestiona desde un punto de vista más maduro sobre la pérdida, la traición, los sueños compartidos. Una pieza que conmueve, y que también nos traslada a la infancia, al contraste con los pesos de crecer y entrar a la vida adulta. Una pieza donde te ríes profundamente, pero también se queda dentro una semilla de nostalgia, bien colocada y lista para brotar. 


Producida por “Burros y Locos”, Lola y Cetácea se presentó el pasado 01 de mayo de 2025 en La Locomotora Foro Escénico, aperturando así la que esperamos sea una larga vida para una obra que pone en alto el teatro hecho y producido en Oaxaca. Con esta segunda función llena, las actriz y directora Diana Gómez, así como la dramaturga e intérprete Sol Ochoa se preparan para iniciar una posible gira y movilidad de un proyecto que vigente en su discurso, estoy segura podrá tocar y hacer cantar a muchos corazones. Pueden seguir a @burrosylocos y a @dianagomezcordova para más información. 


¡Gracias por leer y ser parte de esta conexión creativa!

 

Recuerda que IDEARTE respalda a creadores artísticos independientes para

crear oportunidades de empleo digno y contribuir al desarrollo económico sostenible.






 
 
 

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