Cuatro ventanas para mirar entre el cuerpo y el movimiento. Noche a solas, danza y expresión en Casa Ceiba, Oaxaca.
- Idearte Oaxaca
- 14 jul
- 4 Min. de lectura
Texto y fotografía: Abigail Sánchez Cué
Abre en la costa, el faro,
su abanico solar.
¿A quién busca en la noche
que gira sin cesar?
Alfonsina Storni - Faro en la noche

El pasado viernes 13 de junio el centro cultural Casa Ceiba, fue testigo de una emisión más del programa Noche a solas. Una propuesta escénica contemporánea que desde hace tres años ha convocado a diversos artistas interdisciplinarios del cuerpo, a presentar unipersonales o solos, donde el movimiento y la danza son protagonistas.
Es grato mencionar que propuestas como ésta, abren la posibilidad al público local para acercarse a proyectos que parten de la danza, pero que asoman una muestra variopinta de lo que se puede hacer con la escena cuando diversos lenguajes del cuerpo se entremezclan. Un programa en cuatro tiempos donde a través de un recorrido por diversas partes de Casa Ceiba, pudimos disfrutar de un despliegue de potencia narrativa desde lo corporal.
Y hablo de potencia narrativa, porque cada uno de los cuatro momentos que conformaron esta muestra nos llevaron por emociones intensas, pero también cambiantes. Noche a solas no solo implicó una muestra de cuatro propuestas donde la danza fue protagonista, con diversos intérpretes a cargo, fue también una exploración para el público en un recorrido donde fuimos llevados por caminos distintos en dos grupos. Por momentos encontrados con el resto, por momentos en espacios pequeños con una íntima sensación de cercanía.

Sergio Lima, Natalhí Vázquez, Frida María y Orecchia Magenta conformaron el programa de esa noche. Cada unx con formaciones diversas dentro de las artes escénicas y la danza, brindaron al público su cálida propuesta con una distinción particular en cada uno de los pequeños cuatro montajes. Vimos cuatro escenarios donde la apuesta discursiva y de movimiento fue distinta, donde cada uno de los espacios de la casa albergó cuatro pequeños mundos.
Frida María presentó la propuesta titulada “Proceso de Desintoxicación Paso 2”, y comienzo con ella porque fue la primera pieza que a una parte del público nos tocó mirar. Fue como entrar a un pequeño espacio, donde lo único que podíamos sentir era la respiración de las y los otros alrededor y entonces encontrarse con una mujer con el torso desnudo, y el rostro oculto. Una propuesta donde el movimiento por veces reprimido, por veces exacerbado; nos fue dejando una sensación de asfixia, una que nos llevó a percibir de alguna manera, formas cómo habitamos el dolor en los espacios internos, pero a la vez que con una liberación final, una que nos permitió conectar con lo siguiente del programa.
Entonces nos encontramos con otro espacio de la casa donde la performer Nathalí Vázquez se suma a un jam de improvisación con Frida María. Cabe destacar que al público asistente se le invitó al inicio del espectáculo a colocar en un pequeño papel alguna canción que viniera a su mente. Misma, que después descubrimos iba a musicalizar la propuesta de movimiento libre que sería el segundo momento del recorrido.
Vamos así, a un tercer momento de danza en solitario; ahora donde Nathalí Vázquez nos presenta un homenaje a las amistades, a la fuerza por sostener la vida y la guelaguetza como forma de compartirnos, darnos y alimentar el amor mutuo. Un homenaje a una amiga cuyo plano de la existencia fue trascendido, una amiga cuya lucha contra una fuerte enfermedad queda como legado de presencia y amor mutuo. Movimientos que evocan partes del cuerpo que sienten, recorridos rápidos y una voz en off que da vida a quien ya no está entre nosotros, pero permite con su potente discurso vocal, sonorizar una intensa presencia de movimiento.
Nos volvemos así a reunir en el foro Polilla, la parte más alta de la casa que suele ser la morada de las múltiples propuestas escénicas que ahí se presentan. Esta vez son convocados de nueva cuenta ambos grupos de público para presenciar “13-4-2020” a cargo de Sergio Lima, quien muestra un trabajo en proceso que “se articula en tres escenas: brotar, la profecía y ascensión”, se pregunta él mismo: “¿Qué me hace humano? es la reflexión que detona el proceso creativo, explorando relaciones entre la vida, la belleza, el caos, el ritual y el cuerpo en estado de danza.” Dejando impresionado al público con movimientos que fluyen, se liberan y colorean todo el espacio escénico.
Finalmente en el patio techado de la Casa Ceiba, “Puente al exilio .1” de Orecchia Magenta nos lleva en un viaje donde una silla, una presencia misteriosa y un video documental sobre una escritora española del exilio, remueve las sensaciones del espectador dejando así una impactante propuesta performática que juega entre lo teatral y lo transdisciplinar. Se deja ver una figura dancística cuya energía y técnica es destacable, donde la reflexión y el libre sentir se tejen en armonía.

Noche a solas, contribuye a ampliar la oferta escénica de Oaxaca y permite imaginar posibilidades de consolidar proyectos que tengan continuidad, diversas emisiones y fortalezcan la amplitud de lenguajes escénicos que puedan llenar de mayor calidad lo que admira un espectador. Cada uno de lxs performers de esta noche llenaron con su presencia la casa, para regalarnos un despliegue de “unipersonales de escena contemporánea”, como ellxs mismxs la definen, llenos de magia, amor y cercanía. Potente discurso corporal que se antepone a una realidad dura, tajante y violenta.
¡Gracias por leer y ser parte de esta conexión creativa!
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