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El Coyul, teatro entre voces, olores y recuerdos

  • Foto del escritor: Idearte Oaxaca
    Idearte Oaxaca
  • 26 feb
  • 4 Min. de lectura

Por: Abigail Sánchez Cué

De tiempo somos.

Somos sus pies y sus bocas.

Los pies del tiempo caminan en nuestros pies.

Eduardo Galeano, Bocas del tiempo.

Cuando una obra de teatro independiente cocinada en territorio oaxaqueño ha tenido 147  representaciones estamos frente a una hazaña digna de una gran celebración. El Coyul de la Compañía Pelo de Gato “un ojo al teatro y otro al garabato” es el ejemplo de un teatro curado con atención y cuidado. Una propuesta honesta que atraviesa corazones con una potente reflexión que cruza los límites entre la identidad, el territorio y el anhelo. 


Escrita por Esmeralda Aragón, quien también interpreta este monólogo, la obra de teatro El Coyul es un llamado a la conciencia colectiva sobre el lugar que tiene nuestra vida cotidiana en la conformación de lo que somos y cómo el territorio común nos alberga y conforma siempre a través de las historias. Somos el espacio que habitamos.


Con esta obra viajamos al Istmo, región sudeste del estado de Oaxaca donde podemos con una sencilla narración, oler la comida, sentir la brisa costeña, escuchar a lo lejos el canto de los gallos y transportarnos con solo una hamaca y una silla a una tierra desconocida para muchos. Ubicado entre la región istmeña y la región costa del estado de Oaxaca, El Coyul es una comunidad de tan solo unos cientos de habitantes, ese lugar que parece estar en el olvido es el protagonista de la historia. Ahí nos encontramos para atestiguar una bella historia mezclada entre recuerdos, sueños así como de los contrapesos de la vida, mismos que hacen a una comunidad hermanarse en pie de lucha. 


Entrar al teatro desde el sonido, aperturarse a una experiencia sensorial con pocos elementos y sentirse en otro sitio, esto es lo que logra la compañía Pelo de Gato desde los primeros minutos de la narración. Un juego constante gracias a la potente interpretación de Esmeralda Aragón que nos permite viajar a ese lugar donde todo, de un personaje a otro donde pasa todo y nada pasa al mismo tiempo. 


Para hacer teatro no se necesita mucho, pero el deseo de contar una historia, y la necesidad de honrar un territorio se hacen presentes en El Coyul. 


Una propuesta escénica con un diseño de iluminación a cargo de Gustavo Martínez quien también co-dirige la obra de la mano de Esmeralda Aragón. Una propuesta que nos lleva a múltiples conversaciones entre personajes, a cuentos, chismes, narraciones y el eco que logra tener, un teatro documental; uno lleno de ficciones cotidianas. Es como si de pronto tuviéramos la oportunidad de mirar desde la ventana las vidas de los distintos habitantes del Coyul… “Pues esa es mi gente”, nos dice Esmeralda y con su voz nos transporta de un sitio  a otro. 

“Ni por eso nos voltearon a ver” y “era como si la tierra se hubiera quedado con miedo” son dos frases que convocan la escena, cuando con sencillos efectos sonoros y lumínicos nos llevan a recordar esos momento en que el Istmo fue azotado por huracanes, pero más reciente el terremoto del 2017. Aprovecha la narración este momento para dignificar la solidaridad y la rabia de un pueblo que demanda al grito de lucha que su dignidad no es negociable. 


El Coyul es una propuesta completa de principio a fin, una obra pertinente, hecha a mano, hecha de detalles y de atisbos de esperanza. Un ejemplo claro del poder del teatro para evocar, para hacernos viajar y atestiguar todo eso que el suelo que pisamos tiene que decir. Darle lugar a tantas voces que reclaman su cachito de vida, de tierra, como el nanchón, árbol típico de la zona istmeña que si pudiera hablar: “reclamaría su pedazo de tierra”. Y es que no es solo el árbol, son las mujeres atizando el fuego, los jóvenes trabajadores y los tíos y tías con sus historias. 

Oaxaca es tan diverso que lograr conocer un rincón más de tan basto territorio a través del teatro, es de un goce inmenso. La obra nos deja reflexionando, no solo sobre los habitantes de allá del municipio de San Pedro Huamelula, de la zona chontal; sino de todas y todos conformados por nuestras historias y los lugares que nos han visto nacer y crecer. 


Nominado como mejor monólogo 2023 por la Asociación de Críticos y Periodistas de Teatro (ACPT) de la Ciudad de México y con diversos premios, la obra ha recorrido múltiples estados del país, siendo una de las obras de teatro independiente más reconocidas de los últimos años. Pero sobre todo, un verdadero orgullo oaxaqueño, una obra para sentir, oler, y celebrar al ritmo de un son istmeño en la orilla del mar. 


Casa Ceiba, centro cultural independiente comprometido con las artes escénicas en Oaxaca, fue testigo de la función número 147 de la obra El Coyul el pasado 8 de febrero de 2025.



¡Gracias por leer y ser parte de esta conexión creativa!

 

Recuerda que IDEARTE respalda a creadores artísticos independientes para

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