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Cuando el amor te atrapa, o tu lo atrapas a él. Me rehúso a morir de amor de Agasajo Producciones.

  • Foto del escritor: Idearte Oaxaca
    Idearte Oaxaca
  • 27 abr
  • 4 Min. de lectura

Por: Abigail Sánchez Cué


Me he enamorado muy pocas veces,

 pero siempre que me enamoré 

fue algo que continuó y continuó 

y terminó -generalmente, por supuesto- 

en un desastre.

Susan Sontag. Todas mis relaciones son eróticas.


El amor, el tema más universal, el gran tema, el tema de cientos de películas, el tema para muchos para acercarse a la literatura. Provocación y sentido, telenovelas, obras de teatro, cuentos, pinturas, poemas y canciones. ¿Qué sería de los seres humanos si no pudiéramos hablar del amor?, ¿A dónde se iría el arte, la música, la esperanza?


Agasajo Producciones, proyecto escénico de teatro independiente de Uriel León, nacido en Oaxaca pero radicado en Ciudad de México, explora distintas formas de acercarse a temas que nos atraviesan como seres humanos. En esta ocasión Casa Ceiba, espacio escénico autogestivo en la Ciudad de Oaxaca fue testigo de Me rehúso a morir de amor una experiencia donde el cabaret y la música en vivo convergen.


Nos cuenta Uriel León, que con su proyecto artístico busca experimentar con formas de narrar historias en la escena que vayan de lo “micro a la macro”. Donde experiencias personales se vuelven algo social, formas de visibilización y de construcción de redes de apoyo. Ahora, hay también otra forma de mirar la creación que este colectivo independiente realiza, una donde ahora entendemos de lo “macro a la micro” donde lo social repercute, cuestiona y nos afecta como individuos. 



Estamos frente a un espectáculo pensado, creado con disposición a confrontar, hacernos reír pero también recordar cómo de una u otra forma todas y todos quienes estamos en la sala hemos sido cómplices y artífices del amor. Un punto a distinguir del trabajo de Agasajo, es la intención por explorar formatos y espacios teatrales no convencionales, donde si bien en esta ocasión la función se llevó a cabo en un foro, podemos estar seguros que la obra se vuelve potente también al salirse de allí.


¿Cómo podemos dialogar con los espacios a los cuáles se llega con el teatro?, se pregunta Uriel León y busca ante todo plantear eso en la escena, en el intento constante de ser un artista que priorice acercar el teatro a la gente. Pues bien él mismo lo sostiene, más allá de que la gente vaya al teatro, se busca acercar el teatro lo más que podamos a la población, de esa forma creamos nuevos públicos. El cabaret, la comedia, la música, son excelentes estrategias para ello. 


La propuesta que llegó a Oaxaca el pasado 12 de abril es un ejemplo de las búsquedas conscientes de éste proyecto escénico. Por un lado, abrir públicos, acercarse al mismo y por otro acercar un tema que vemos; por lo que se muestra en escena, atraviesa tanto a Uriel como a cada uno de los que estamos sentados en la sala. Decide hablarnos acerca del duelo de una relación amorosa, y también nos habla de cómo somos varios los corazones rotos que se encuentran y se tejen en red. Uriel define la puesta en escena como un “cuestionario personal”, concepto que me parece atinado frente a la experiencia escénica que aquí se presenta.


Me rehúso a morir de amor, es pregunta y afirmación. Vemos en escena a un ser vestido en rojo, con el corazón por fuera, lleno de estilo y con una gran presentación para contarle al público éstas peripecias amorosas por las que todos pasamos. Se vuelve una especie de conversación filosófica para definir qué es el amor, y hasta qué punto hemos permitido que la experiencia amorosa acabe o no, con nuestras vidas. El uso de música en escena, vuelve el espacio una narración dinámica, de la mano de un maestro que toca la flauta transversa en vivo, además de manipular las intervenciones sonoras de la pieza. Con un diseño sonoro de Aldo Estrada.


A lo largo de la pieza nos hacemos la pregunta junto con Uriel sobre del lugar que tiene en nuestras vidas el amor romántico, el amor fraternal o el amor propio. Muchas y diversas perspectivas sobre el mismo gran y único tema. Parece que al final lo que se busca es honrar el amor afectuoso, que trasciende las barreras de una relación de pareja, hablamos de un amor entrañable que pueda  incluso cruzar las barreras acerca de cómo entendemos la intimidad. 



La intención es trascender en comunidad, la propia sensación que un duelo de relación amorosa nos arroja. Aquí es donde entra cierta irreverencia propia del cabaret y del teatro, para hacernos vibrar en colectivo sobre temas que duelen y nos pasan. 


Agasajo Producciones, nos regaló así una experiencia de teatro -  cabaret, con la intención de sanar de manera colectiva esas migajas que el duelo por el amor ha dejado dentro de los corazones de cada uno de nosotros. Con la actuación potente de Uriel León y la sala llena, Oaxaca fue testigo de una íntima e irreverentemente filosófica pieza acerca del amor, sus laberintos y la posibilidad siempre de reírse, llorar y caminar al lado de nuestros corazones.


¡Gracias por leer y ser parte de esta conexión creativa!

 

Recuerda que IDEARTE respalda a creadores artísticos independientes para

crear oportunidades de empleo digno y contribuir al desarrollo económico sostenible.







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